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Hasta entonces...

Finalmente después de muchos años se despidieron, ella estaba sucia de rencor, a través del tiempo guardó tantas emociones negativas que le amargaron su existir, como siempre en esos casos ella hacía responsable al otro por la rabia y tristeza que le invadía.

Se retiró a una cabaña aislada en la montaña, guardaba luto por su fracaso, durante días trató de encontrar una explicación inteligente a lo sucedido y como siempre en estos casos ella decía tener razón. En ese día caminó desde el amanecer, después de horas de perderse en la espesura del bosque sorpresivamente descubrió un gran salto de agua, cansada se refrescó en sus cristalinas aguas y guardó por primera vez en mucho tiempo silencio total y por primera vez escuchó esa voz interior que es la voz del corazón.
El mensaje fue sencillo: "Lava tu corazón del rencor, atrévete a no tener razón y siente que si verdaderamente amas lo comprenderás".
De regreso en su cabaña tomó papel y lápiz y escribió: "Hasta entonces rencor, no te quiero volver a encontrar".

No sabemos después que sucedió pero logró finalmente ser libre, la auténtica libertad te permite perdonar.

Los líderes están conscientes que el rencor no tiene espacio en su espíritu, han aprendido a vaciar las emociones negativas que los atrapan y su único resultado es la venganza, saben lavarse el espíritu a través de la comprensión poniéndose en el lugar de los demás y tienen un sentido único de la compresión deseando lo mejor a sus adversarios.

Miguel Ángel Cornejo

Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Los secretos del líder
Tomo IX, pag. 3879

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