En un pueblo lejano nació un niño transparente. Se podía ver a través de su cuerpo como a través del aire. Era de carne y hueso pero parecía vidrio, si caía no se rompía ni quebraba, a veces le salía un chichón transparente; se le veía latir el corazón y deslizar sus pensamientos como si fuesen pececitos de colores en una pecera.
Cierta vez, sin querer dijo una mentira y de inmediato toda la gente pudo ver como un globo de fuego a través de su frente. Volvió a decir la verdad y el globo desapareció. De esta manera no volvió a mentir jamás.
Su nombre era Angelo y la gente le llamaba el “Niño de Cristal” y le querían por su sinceridad. Creció, se hizo un hombre y cualquiera podía leer sus pensamientos y adivinar las respuestas cuando le hacían preguntas.
Un día, en aquel país llegó a gobernar el feroz dictador alberto. Comenzó un período de injusticias, abusos y miseria para el pueblo. Si alguien se atrevía a protestar, desaparecía sin dejar rastro. La gente callaba y sufría, Angelo no podía callar, porque sin abrir la boca sus pensamientos hablaban en voz alta y cualquiera podía leer en su frente el dolor por la miseria y la condena por las injusticias del tirano.
El dictador le hizo encarcelar en una celda muy oscura. De pronto todas las paredes y murallas en donde estaba Angelo se volvieron transparentes. La gente que pasaba por la calle podía continuar leyendo en su frente y el corazón del “Niño de Cristal”. De noche la celda era un gran foco que desprendía una gran luz y el tirano en su palacio no podía dormir aunque cerrara todas las ventanas.
Encadenado y privado de su libertad, Angelo era más poderoso que el tirano, porque la verdad es más fuerte que cualquier cosa, más clara que la luz del día, más temible que el huracán.
(adaptado).
Cierta vez, sin querer dijo una mentira y de inmediato toda la gente pudo ver como un globo de fuego a través de su frente. Volvió a decir la verdad y el globo desapareció. De esta manera no volvió a mentir jamás.
Su nombre era Angelo y la gente le llamaba el “Niño de Cristal” y le querían por su sinceridad. Creció, se hizo un hombre y cualquiera podía leer sus pensamientos y adivinar las respuestas cuando le hacían preguntas.
Un día, en aquel país llegó a gobernar el feroz dictador alberto. Comenzó un período de injusticias, abusos y miseria para el pueblo. Si alguien se atrevía a protestar, desaparecía sin dejar rastro. La gente callaba y sufría, Angelo no podía callar, porque sin abrir la boca sus pensamientos hablaban en voz alta y cualquiera podía leer en su frente el dolor por la miseria y la condena por las injusticias del tirano.
El dictador le hizo encarcelar en una celda muy oscura. De pronto todas las paredes y murallas en donde estaba Angelo se volvieron transparentes. La gente que pasaba por la calle podía continuar leyendo en su frente y el corazón del “Niño de Cristal”. De noche la celda era un gran foco que desprendía una gran luz y el tirano en su palacio no podía dormir aunque cerrara todas las ventanas.
Encadenado y privado de su libertad, Angelo era más poderoso que el tirano, porque la verdad es más fuerte que cualquier cosa, más clara que la luz del día, más temible que el huracán.
(adaptado).
ACTIVIDAD:
1. ¿Cuál es el mensaje captado en el cuento?
2. ¿Cómo definirías la sinceridad?
3. Busca 4 situaciones en que callar o mentir es más fácil que ser sincero:
4. Señala 4 ventajas que se adquiere al ser sincero:
5. Relaciona el relato con la realidad de nuestro país.
2 comentarios:
¡Viva la Sinceridad!
Sí, pero ¿hasta qué punto conviene ser sinceros en este mundo y sociedad?
Otra cosa sería ser todos transparentes como Angelo y ver quien miente o no.
William
Me gusto la poesía "Mi hermanito". Nada como la edad de la inocencia de los niños.
Felicitaciones, está muy interesante el Blog.
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